viernes, 11 de febrero de 2011

Un hombre muy especial


Bautista Villamayor tiene 38 años y vivió toda su vida en la hacienda que su familia posee en Guadalajara. Su abuelo levantó la casa cuando, recién llegado de España con su mujer y sus hijos, se instalaron en México, en busca de un lugar donde empezar una nueva vida. Manuel Villamayor, el primogénito y padre de Bautista, consiguió convertir la hacienda en la más grande y productiva de toda la zona. Bautista y su hermano Facundo aprendieron mucho sobre el cuidado de la tierra y los animales junto a su padre, y ahora ambos estaban a cargo. 
Bautista había viajado a Estados Unidos para estudiar Economía en una prestigiosa universidad, pero no aguantó la distancia con la gente de su pueblo y sus tierras y pronto regresó a ocupar el lugar de su padre. 
Nunca se había casado, sí tuvo varios romances, uno muy breve con una joven que conociera en la universidad y otro, de poco más de tres años, con una muchacha de México, vecina de la hacienda de muchos años. 
Ahora sufre una pena de amor, enamorado de una mujer que no le corresponde. Bautista está enamorado de la mujer de su hermano Facundo desde hace muchos años, pero no quiere arruinar la felicidad de su hermano y por eso se marcha a la capital de México, con la excusa de hacer negocios allí, para despejar la mente y tratar de olvidarla. 

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